sábado, 2 de mayo de 2009

Las apariencias engañan

Las apariencias engañan. Está claro. La gente juzga a la ligera sin saber como es realmente la persona a la que está juzgando. Lo que a primera vista puede parecer antipatía, puede ser timidez. La timidez es algo difícil de superar pero hay grados. Se puede pasar de extremadamente tímido a tímido. Lo que es más normal es tener reparos en hablar con gente desconocida, en especial sin son de distinto sexo. Detrás de la timidez hay un problema de falta de confianza en si mismo. Hay algunos que intentan vencer la timidez a base de alocohol. Y que me dicen de los esterotipos: el gafotas empollón, la frialdad de los castellanos, la tacañería de los catalanes, la imprudencia de los jóvenes. Evidentemente tiene un fondo de verdad, pero no se puede generalizar. Las personas a la hora de juzgar a las personas se fía de las primeras impresiones. Y que me dicen de alguien que dice una mentira y ya le consideran un mentiroso, incluso cuando dice la verdad. Eso es injusto. Y que me dicen de aquellas personas que son extremadamente encantadores y son falsos para conseguir sus objetivos. Personas en las que es fácil confiar y te dan puñaladas traperas. Basta ya de apariencias. Hay que saber distinguir la máscara del verdadero rostro de las personas. Hay que juzgar a las personas por lo que son y no por su aspecto o por la primera impresión

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