miércoles, 17 de diciembre de 2008

Epílogo: Juventud (Parte IV)

Y aquel joven se trasladó a vivir cerca de una ciudad. Quería estudiar periodismo, puesto que había colaborado en un suplemento escolar de El Norte de Castilla, y le gustaba bastante escribir. Sin embargo, las circunstancias no le fueron favorables, y no pudo empezar esa carrera. Como le encantaba la Historia, y había sacado una magnífica nota en esa asignatura en selectividad, decidió comenzar esa carrera. Lo cierto es que le decepcionó un poco. Aquello fue duro para él. Unos meses después rompió con su novia y aquello le trastocó. Estaba en una ciudad nueva y no conocía a nadie. Al año siguiente todo cambió. Habían abierto una nueva Universidad en la que se impartían los estudios de periodismo. Sin pensárselo dos veces, se matriculó allí. Esto le abrió, una veza más, un mundo de nuevas posibilidades. Al hacer esta carrera, se volvió más extrovertido. Dejó de se tan tímido. Conoció a buenos amigos, y aunque no tuvo demasiada suerte en el amor -aunque tuvo alguna relación amorosa- su vida cambió para siempre. Aquel joven ya terminó la carrera. Estuvo trabajando de becario pero actualmente está en el paro. Aquel joven se llama Andrés. Le conozco muy bien, porque soy yo.
(A lo largo de estos 4 artículos os he contado algunas cosas que me han sucedido en mi vida, difrutarlos)

Una historia: adolescencia (Parte III)

Aquel chico se tuvo que trasladar de lugar de residencia. Al principio lo pasó mal, tenía que adaptarse a nuevas situaciones, nuevos compañeros. Al principio, seguía enamorado de aquella chica. Todo ello afecto a su rendimiento escolar. Además, sufría acoso por parte de algunos de sus compañeros. Aquel chaval sufrió mucho, y su moral se vino abajo. Ese primer curso en ese pueblo consiguió aprobar de forma ramplona. Pero el siguiente año fue un auténtico desastre. Suspendió nada menos que 5 asignaturas. Por tanto, tuvo que repetir curso. Aquello fue para él una experiencia dramática. Aquel año estaba realmente deprimido. Algunos de sus compañeros se burlaban de él, y el llegaba a casa y no lo contaba. Se tumbaba en la cama y no abría un libro. Algunas cosas positivas le pasaron por aquellos años, jugaba al fútbol sala en los juegos escolares y hizo buenos amigos. Le gustaba un compañera de instituto aunque ella nunca se enteró. Seguía siendo demasiado tímido. En aquellos tiempos no le gustaba demasiado salir de fiesta. No le llamaba la atención. Pero aquel chico tímido poco a poco volvió a cambiar. Después de haberlo pasado mal, volvió a salir adelante. Comenzó, otra vez, a sacar adelante sus estudios, a pesar de sus dificultades con las matemáticas. Le interesaban más asignaturas como Historia, Geografía, Filosofía o Economía. Había cumplido 17 años y su vida se volvía a transformar. Hizo nuevas amistades que le abrieron nuevos caminos. Comenzó a salir regularmente de fiesta. Al principio, con torpeza. No controlaba lo que bebía y bailaba de forma desaforada. Tuvo algún problema por esto. Pero ya se iba abriendo poco a poco. Ya se atrevía a más cosas. Por ejemplo, le confesó a una chica que le gustaba. El resultado no fue bueno, puesta que esta le rechazó con el argumento de que era demasiado feo para ello. Ello le hundió un poco. Pero el ya estaba lanzado y se fijó en otra chica y esta, en cambio le dijo que si. Para él fue su primera relación seria. Además, en esos meses, para recaudar dinero para el viaje de fin de la secundaria, organizaron un desfile. Y el se atrevió a desfilar. Hasta se puso mechas rubias en el pelo para estar más fashion. Aquel chaval cambió. Ya no era aquel empollón extremadamente bajito. Había crecido fisica y psicologícamente. Aquel año vivió las fiestas a tope. Y además tenía pareja. Aquella relación fue muy postivamente para él, a pesar de que no culminaron esa relación hasta pasados unos meses. Él a veces se impacentaba. Quería dejar de ser vigen. Tenía casi 18 años. Era una tarde de un mes de mayo. Los padres de su novia no estaban en casa. Ella por fin accedió a hacerlo. Aquella tarde él se entrenó en el sexo. Para él fue alucinante. Volvió a casa con la mayor de las sonrisas. Pero el curso acabó. Llegó la selectividad y aquel chaval tuvo que volver a cambiar de lugar de residencia. Durante algunos meses mes, aquella pareja sobrevivió, pero al final el amor se acabó y cada uno siguió su camino.

Una historia: pubertad (Parte II)

Ya sabéis lo que pasa cuando alguien llega a la pubertad, a los 12 o 13 años. Los cambios físicos y mentales son tremendos y tiene lugar un despertar sexual. Ahora vamos a seguir con la historia de aquel niño. Pasaron los años, y aquel niño creció. Era a principios de los noventa en aquel pueblo. El niño había llegado a convertirse en una espacie de empollón, al que le gustaba mucho estudiar. Incluso empezó a despertar en el una vena periodística. Se había comprado una grabadora y se pasaba el día grabando informativos y programas. Además, se había mudado a otra casa del mismo pueblo. Había cambiado de amistades. Se había hecho muy amigo de un compañero de clase, con el que compartía las tardes. Y el niño cumplió 12 años y empezó a cambiar en su comportamiento. Ya no le interesaba solo estudiar. Empezó a aficionarse al deporte, y en especial al fútbol. Y además se empezó a interesar por las chicas. Como era muy veloz, le encantaba jugar a pillar a las chicas. Y así, inocentemente, iba transcurriendo su vida. Ya no sacaba tan buenas notas, pero poco a poco iba saliendo del cascarón. Se enamoró, como es el amor a los 13 años, de una compañera de clase, que era bastante guapa e inteligente. Precisamente, de aquella a quién años antes había intentado basar. Si embargo tenía dos impedimentos: que no destacaba por su físico, era muy pero que muy bajito y era un tirillas, y además seguía siendo extremadamente tímido. A pesar de que esa chica le gustaba, nunca le llegó a confesar nada. Aquella chica se hizo novia de otro. Pero aquel chico estaba cambiando, y pasó de ser hostigado por los repetidores de la clase a ser protegido por ellos, y a ser su amigo. Aquel chico empezó a tener amigas una chica con la que se pasaba las tardes bailando y pasándolo bien en lugar de estar estudiando. Hasta el punto de que un día, ante el descenso en su rendimiento escolar, un profesor le preguntó, en presencia de su madre: ¿No estarás tonteando con esta chica? a lo que el respondió diciendo no, no que va. Un mentira para salvar la cara. Aquel año fue muy importante para el, fueron sus primeras experiencias amorosas, su primera borrachera, su primer pitillo, etc. La culminación a ese año tan especial tuvo lugar en el viaje de fin de curso, al finalizar 8º de EGB. Allí le besaron en la boca por primera vez, allí empezó a conocer el mundo de la noche. Parecía un sueño, pero se acabó de golpe. Su familia se tuvo que trasladar a otro lugar. Él ya no pudo consolidar su relación con aquella amiga especial. Su sufrimiento fue grande. Al final la distancia terminó provocando el olvido.

Una historia : niñez (parte I)

Vamos a contar una historia. En la primera parte hablaremos de su niñez. Era se una vez un niño pequeño que vívía en un pueblo con sus padres y su hermano. Corría el año 1988. Apenas llevaban un año en aquel pueblo. Tenía 7 años. Era un niño muy introvertido al que le gustaba mucho dibujar, especialmente paisajes. Además le gustaba mucho leer. Tenía unos amiguitos de su edad en su barrio con los que a veces iba a jugar en la calle. Lo que no se podía imaginar es que un supuesto amigo suyo dejara de serlo tras fingir estar enfermo. Fue una de sus primeras decepciones de su vida. Por cierto, ese mismo año, en el colegio, hicieron una carrera. Nuestro amigo iba en cabeza hasta que unas niñas le distrajeron, miró hacia ellas, y al final se vio rebasado por otro niño. Pero vayamos a lo importante. Un día estaba jugando con sus amigos en un tobogán. Y entonces su amigos le dijeron ¿Por que no besas a esa niña? y entonces el niño fue hacia ella y la intentó besar en la boca, y ella al advertir esa maniobra, y apartó su cara. Ya al acabar el recreo, el profesor, que se enteró, riñó a aquel niño, tirándole de sus mofletes. Todo ello, también sucedió, puesto que aquel niño intentó-literalmente- que sus amigos no contarán lo secedido. Consiguió que aquel profesor no se enterara, pero no se libró de los tirones en los mofletes. Continuará.....

El paro juvenil

La crisis económica en España tiene un nombre: paro. El aumento del desempleo en nuestro país adquiere tintes drámaticos. Me quiero detener en este artículo en el paro entre los jóvenes. Primero hay que tener en cuenta las dificultades que tenemos los jóvenes en entrar en el mercado laboral, incluso aquellos con un mayor nivel de estudios. Y también hay que tener en cuenta las características del mercado laboral. La precarización del mercado laboral se ceba especialmente entre los jóvenes, dificultando su emancipación. Y ahora estamos en crisis. Las empresas están despidiendo en mayor medida a aquellos que tienen un contrato temporal, con lo cual en mayor medida afecta a los jóvenes. Todo ello crea una gran insatisfacción entre los jóvenes. Si la crisis sigue mostrando esta intensidad, no descartemos que se pueda estar creando un caldo de cultivo para un descontento social que se puede mostrar en violencia, como ha ocurrido recientemente en Grecia. Desgraciadamente, en España, el paro, seguirá marcando el día de día de los jóvenes de este país.