lunes, 21 de abril de 2008

Consolidación del Zapaterismo


La victoria de Zapatero en las pasadas elecciones generales consolida una forma de actuar muy particular que es el zapaterismo. Tras su victoria, su liderazgo al frente del partido es omnímoda, aspecto que es criticable puesto que ha elimado el debate interno. Su mano de hierro ha eliminado a todos los supervientes del Felipismo excepto Rubalcaba, así como a muchos de sus compañeros de viaje desde su ascensión política como es el caso de Caldera. Ha colocado a posibles contrincantes como Bono en un puesto donde nadie le haga daño. En la pasada legislatura, aquellos que han criticado algunas de sus políticas, han optado por votar disciplinariamente aquello que su líder quería. El partido debería tener un liderazgo más abierto y flexible a las reflexiones de los dirigentes de los territorios. Pero hablemos del Zapatero presidente del Gobierno. Ha sido un gobernante audaz, dinámico y original. Moderado en las formas y en el fondo, Zapatero ha gobernado de forma pragmática la economía. Las grandes cifras macroeconómicas han sido excelentes, mejores que las de los gobiernos del PP. Sin embargo debería haber realizado algunas reformas estructurales para que la economía dependa menos del sector de la construcción y más de la innovación y las nuevas tecnologías. También se debería procurar que hubiera más competencia para que los precios se moderasen. Y debería poner en marcha los mecanismos para que la precariedad laboral disminuya. Asimismo su gobierno debe procurar que se cree más empleo. Y por supuesto hacer que las viviendas sean mucho más asequibles, promoviendo el alquiler y la vivienda de protección. En cuanto a política exterior debería poner más atención a estos asuntos, aunque su política ha sido europeísta. Su gran error ha sido depender en exceso de los nacionalismos que le han sometido a un chantaje permanente. Parece que en esta legislatura va a depender menos de estos partidos. Su gestión ha sido buena, aunque ciertos errores le han privado de la mayoría absoluta. No obstante, la victoria ha sido nítida. Ha conseguido movilizar al electorado socialista de manera importante. El empate técnico de las encuestas se ha convertido en una vistoria de 4 puntos de diferencia y un millón de votos. Ha conseguido incrementar los escaños, quedándose cerca de la mayoría absoluta. Ha hecho una buena campaña y ha demostrado su capacidad para seducir a las masas con su talante moderado, su izquierdismo y audacia. Esperemos que su gestión sea más brillante en estos cuatro años.

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