Zapatero ha ganado las elecciones. Más de 11 millones de votos han confiado en el líder de la izquierda española. Ha tenido más respaldo que en las anteriores elecciones. Ha sumado 5 escaños más hasta llegar a 169, cerca de la mayoría absoluta. Su triunfo es enorme. Su balance era positivo, a pesar de los errores. Los nacionalistas no deberían volver a condicionarle. Pero este triunfo no ha sido uniforme. La victoria ha sido ajustada, lo cual nos lleva a la reflexión. En esta legislatura se deben abordar importantes acuerdos entre los dos grandes partidos para intentar solucionar los graves problemas que existen. Hay que rebajar la tensión. Zapatero ganó porque tiene una mejor imagen, porque es mejor político que Rajoy y porque su balance es positivo. Ha vuelto a ganar en Cataluña y en Andalucía de una forma clara. También ha vencido en Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Extremadura y País Vasco. Ha ganado en los feudos nacionalistas. Los nacionalistas han sido reducidos de forma clara. En Cataluña y en el País Vasco la victoria es especialmente destacable. El partido socialista ha demostrado que es el partido que más se parece a España, con su diversidad. Los españoles han votado por la moderación y el sentido común.
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